5. Cultura – etnocentrismo – relativismo cultural.

La cultura, en sus más variadas manifestaciones, expresa la cotidianidad o la vida de cada comunidad. Encontramos entonces variadas construcciones sociales, materiales, modos de hacer, de ser, sentir, pensar, de decir o no decir. Ello nos permite afirmar que la cultura no es algo uniforme u homogéneo, es diversa; pues el ser humano tiene la posibilidad de crear y recrear hechos culturales de forma constante y permanente. La tradición en la cultura tiene un componente de transmisión, entendiendo a esta última como “(…) aquello que da cuenta del pasado y del presente (…) donde para toda sociedad el transmitir se vuelve “un imperativo constante.” (Hassoun, J. 1994:8:9) Fattore (2007) plantea que el concepto de tradición guarda relación con la forma de organización de esas prácticas tradicionales y el vector o factor tiempo. Tiempo que no se agota en el pasado, sino que se hace visible en el presente, a través de sus rituales espera o acoge al que está por venir. Creando en el colectivo imaginario una sensación de seguridad, de estabilidad, de cierto orden, donde lo que heredamos porta memoria e identidad. La tradición genera lógicas, produce sujetos que comparten un sentir colectivo. La tradición presenta al entender de Fattore, una doble función por un lado representa lo que “se hace” y también dice de lo que se “debería hacer.” La tradición cultural como práctica del pasado, se transmite de generación en generación, siendo las generaciones más jóvenes, quienes interpelan y cuestionan las mismas, dando lugar a los cambios y las transformaciones. Lo viejo y lo nuevo están presentes en las comunidades sin que necesariamente sean contradictorios.

El concepto de diversidad cultural, permite acercarnos a categorías históricas de la cultura como etnocentrismo y relativismo cultural. El etnocentrismo cultural es una manera o forma de valorar a otras culturas desde la perspectiva de nuestra propia cultura. Hay por lo tanto una carga subjetiva y valorativa que lleva a que se juzgue/n a la/s cultura/s que no son propias con adjetivos tales como “sub desarrolladas”, “primitivas “o “no civilizadas”, por ejemplo.

Como concepto contrario al que antecede, podemos ver que el relativismo cultural entiende y comprende una cultura desde su propia perspectiva, por lo tanto no hay juicio/s de valor/es. Pero podemos tener una mirada crítica sobre el mismo, cuando dichos patrones o prácticas culturales atentan contra los derechos humanos.

Como ejemplo de esa mirada crítica, podemos citar a Malala Yousafzai, joven Pakistaní que obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2014. Donde la cultura de su país limita a mujeres tanto en la vida social, política y en el acceso a la educación. El siguiente discurso de M. Yousafzai en Naciones Unidas, permite abordar el concepto de relativismo cultural desde una perspectiva de derechos humanos: