Textos y actividades. Adentrandonos en el tema

5. Actividad tensión naturaleza-cultura

            "Todo lo que es biológico en el hombre está al mismo tiempo embebido, enriquecido, mezclado de cultura, y forma parte de la cultura: comer, beber, soñar, aparearse, nacer, morir. Se puede decir incluso que lo más irremediablemente biológico es al mismo tiempo lo más irreductiblemente cultural: el nacimiento, el matrimonio, y sobre todo la muerte.

 

            Para nosotros ya no hay nada que sea puramente natural. Todo acto humano es totalmente biológico y totalmente cultural, todo acto humano biológico, incluido el defecar, todo acto humano cultural, incluido el meditar, es un acto bio-cultural.

            Por ello no hay que intentar romper el nudo gordiano entre BIOS y ANTROPOS, naturaleza y cultura"  (MORIN, E. El Método, T. II, p.483)

 

* ¿Con qué situaciones podrías ilustrar la idea de Morin de que "para nosotros, los hombres, ya no hay nada que sea puramente natural"?

 

            El autor afirma que  aún  la muerte, "posibilidad irremediablemente biológica, es al mismo tiempo irreductiblemente cultural". Vincula esta idea con el siguiente relato del historiador uruguayo J. P. Barrán:

                                                 

            "La muerte de los otros implicaba para sus deudos formas de la fiesta: el estar en comunidad y no solos; el ocio y no el trabajo; la abundante comida y no el ayuno; el abuso de la bebida y no la abstinencia; la exhibición y no el ocultamiento, en el caso del velorio de los niños el baile y los requiebros amorosos, y no la quietud, el silencio, y la contención impuestas al cuerpo y la sexualidad, el nexo entre muerte y alegría y no la identificación absoluta de la muerte con lo majestuoso, lo triste y lo respetable, con una de las formas del Poder, en otras palabras.

En los velorios, los amigos y parientes eran invitados con mates amargos y dulces,  chocolate con bizcochuelo, puchero, etc., todo regado, sobre todo en campaña, con "libaciones" de caña (algunos de los alimentos ofrecidos dependían, claro está, de la categoría social del difunto). En muchas ocasiones después del sepelio, los asistentes eran invitados a comer a la casa de duelo o a un almacén próximo, al grado que en enero de 1841 el rico comerciante Mateo Magariños invitó a los funerales de su esposa Manuela H. de Cerrato con una "esquela" que llamó de "convite”. Las concurrencias eran tan numerosas, las reuniones tan amplias, que las familias de clase media debían pedir a sus vecinos desde sillas hasta loza para cumplir con este servicio" (BARRÁN, J. P.: Historia de la sensibilidad en el Uruguay. Tomo I, La cultura “bárbara”: (1800-1860) pp.197-98)    

                                           

  

*¿ No son actos puramente naturales en el hombre, por ejemplo dormir, caminar, respirar? Fundamenta tu respuesta.